El pequeño comercio sobrevivirá a la pandemia si es capaz de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo de los usuarios. En un contexto muy marcado por la incertidumbre, este tipo de comercio se enfrenta a desafios sin precedentes.
La pandemia ha sacudido los cimientos de la economía global, obligando a reevaluar las estrategias comerciales y adaptarse a un nuevo panorama digital.
El pequeño comercio antes y después
Es alarmante constatar que un porcentaje significativo de pequeños establecimientos carecen de presencia en línea. Según un estudio de la Confederación Española de Comercio, solo el 12% de ellos poseen una página web, y un aún más bajo 36.3% tienen un perfil activo en redes sociales. Esta falta de presencia digital dificulta la comunicación con los clientes, especialmente en momentos críticos como los periodos de confinamiento.
Ante esta realidad, es imperativo que el pequeño comercio dé el salto tecnológico. Contrario a la creencia popular, esta transición no es ni costosa ni compleja. Lo primero que deben hacer los empresarios es reflexionar sobre su identidad digital y cómo desean interactuar con sus clientes en el mundo virtual.
Es fundamental buscar asesoramiento experto y personalizado en tecnología. Al igual que uno buscaría consejo al adquirir un electrodoméstico, los comerciantes deben contar con la orientación adecuada para seleccionar las herramientas digitales más apropiadas para sus necesidades.
No es imprescindible que todos los comercios tengan una tienda en línea. A veces, basta con una página web corporativa, perfiles en redes sociales que muestren los productos y la identidad del negocio, o incluso un canal de comunicación directa a través de aplicaciones de mensajería como WhatsApp.
Para fidelizar a los clientes y asegurar su lealtad, es esencial mantener una comunicación personalizada. Desde simples llamadas para preguntar sobre su experiencia de compra hasta notificaciones sobre el estado de los pedidos, los pequeños detalles marcan la diferencia.
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Nuestro equipo está seguro que la solución más viable y con más posibilidades de éxito es que el pequeño comercio abrace la digitalización como una oportunidad para reinventarse y fortalecer su presencia en el mercado.
Aquellos que logren adaptarse a las nuevas tecnologías y mantener una relación cercana con sus clientes estarán mejor preparados para sobrevivir y prosperar en estos tiempos de incertidumbre.